lunes, 25 de abril de 2011

¿Cuando se sabe, cuando se comprende?

A mis estudiantes, para que tengamos confianza en nuestras cabezas

Hacia el 2002 teníamos un grupo de discusión en Brasilia y una vez nos propusimos discutir el texto Civilidade dissimulada, de Homi Bhabha. No voy a hablar del texto sino de mi relación con él, que supongo haber sido parecida a la que mis compañerxs de grupo tuvieron con el mismo, pese a que quizás mi memoria me juegue una mala pasada.

Creo que estábamos en todas las reuniones Marcelo, Anand, Ernesto y Cacá y el texto nos resultó bien difícil de comprender. En el primer día de discusión no nos salió nada, intentábamos articular algunas ideas sobre por dónde iba el texto, leíamos algunos fragmentos, pero nada de encontrarle sentido. Entonces decidimos que en una semana volveríamos a discutirlo. Lo releí algunas veces con harta atención, pero seguí sin comprenderlo. Se pasó la semana y en la segunda reunión igual no la veíamos. Entonces empezamos a leer el texto desde su inicio, en voz alta, e íbamos tejiendo algunas reflexiones, pero literalmente no avanzamos mucho, creo que llegamos solo a la tercera o cuarta hoja en una reunión que habrá durado más de hora. Y nos dimos otra semana más para leerlo.

Entonces yo ya estaba harto, no sé los otras cuatro. Cuando recordaba que tenía que releer aquél texto, me sentía empalagado, no lograba volver a abrirlo y solo alcancé a obligarme el día antes de la reunión. Pero cuando empecé a leer, comprendía todo. Me quedé muy sorprendido. Yo ya habría reflexionado sobre experiencias anteriores en que textos muy difíciles se me hacían comprensibles tras algunos días o semanas, pero nunca me había sido tan evidente y repentina la distinción entre no tener ni idea y tenerlo todo claro. Entonces, bueno, me fui a la tercera reunión contento porque había descifrado el texto pesado ese y resultó que también lo habían hecho mis compas del grupo. Incluso, con poco respeto a nuestras limitaciones recientes, Ernesto llegó a decir algo como ‘este texto no ofrece ninguna dificultad’.

Personalmente, yo había tenido una intuición que se me volvió fundamental para mi actividad pensante el verano del 2001: había comprado dos libros de Judith Butler en Buenos Aires, libros absolutamente intragables si los buscas comprender frase por frase. A mitad del primero decidí que lo iba a leer sin detenerme mucho en lo que no comprendía, un poco como si fueran noticias seguiditas de periódicos y la verdad es que resultó bastante bien. La información me iba entrando en la cabeza tarde o temprano y desde entonces viene siendo ese mi proceder general de lectura. Leo y lo que entra en mi cabeza entró. A veces tardo bastante, años, para darme cuenta que comprendí algo.

Eso es un poco lo que busco explicarles a mis estudiantes, para que no tengan miedo de textos difíciles. Siento que perdí mucho tiempo tratando a los textos con más respeto que se lo merecían y que ese aprendizaje puede servir a otras personas. Obviamente sé que no siempre se puede leer un texto más o menos críptico sin cierta angustia, sin sentir necesidad de comprensión más o menos inmediata. Sé también que cada quién tiene su ritmo, su propia manera de aprender, que tendrá – si le interesa – que pensar al respecto y descubrir sus propios ritmos. Lo que tiene de graciosa esa experiencia del grupo de Brasilia es, personalmente, la velocidad del cambio entre no-comprensión/comprensión y, grupalmente, que nosotrxs cinco hayamos tenido un ritmo bastante parejo en nuestra interacción con el texto. Eso último todavía no me lo explico.

domingo, 24 de abril de 2011

Keiko y la derecha que cada vez menos se puede esconder

Lo que voy a decir es bien básico, pero hace pocos años tenía yo poca consciencia de ello y me doy cuenta que hoy muchas amigos no la tienen. La posibilidad de que vuelva Keiko es parte de algo mucho más grande: si hubo una cierta democratización junto a la expansión del capitalismo, la voracidad de este sistema económico, desde hace más de tres décadas, se ha reinvertido la tendencia: cada vez hay menos democracia y ello se hace cada vez más difícil de ocultar. A nivel mundial, el caso más evidente fue el de la Guerra del Golfo: en búsqueda de intereses comerciales, los presidentes de algunos de los más ricos países se legitimaron en una escusa no solo falsa sino imposible de pasarse por verdad – que el miserable Irak producía armas químicas – para hacer una guerra contra la opinión de sus propias poblaciones.

Se habla mucho del modelo económico peruano que permitió el país crecer ‘a nivel asiático’ en los últimos 10 años. Hay que saber que este modelo no es peruano, sino mundial y el Perú crece porque lo sigue. El problema es que la promesa de ese modelo: de que el desarrollo nos llegará a todxs que aquí vivimos, es falsa, porque en el estado actual del modelo económico mundial (que en líneas generales no ha cambiado en siglos), el Perú entra como productor de materias primas y de mano de obra barata. Es decir, se pilla el territorio y se explota al máximo a su gente. Por eso hay quienes venden un saco de papas por céntimos. O mujeres y niñxs que trabajan todo un día por 10 soles. Por eso crecemos como país y quienes formamos parte de las clases medias, como intermediarixs entre los trabajadores miserables y los grandes centros, somos bien recompensadxs con nuestra comida barata, servicios baratos y productos electrónicos importados.

Ahora bien, eso es más fácil de ocultar si quién está en el poder es, por ejemplo, Toledo. Si es Keiko Fujimori es más difícil, porque junto a ella hay un grupo de personas que ya comprobadamente ha robado y matado. ¿Por qué la derecha no optó por Toledo? Por que está fraccionada: si la voracidad del capitalismo es cada vez más difícil de ocultar, mucho más lo es para quienes están próximxs de sus beneficios. Entonces, saben que si no ganan dinero ahora, más adelante va a ser más difícil. En el Perú ello es todavía más grave que en otros países porque será uno de los lugares dónde el calentamiento global más rápidamente provocará falta de agua y los conflictos sociales van a dificultar pronto y en mucho el pillaje y la explotación.

Bueno, son reflexiones muy generales, que sustituyendo un par de nombres hubiesen servido para otros países y otras épocas, hay que hacer otros análisis más coyunturales de estas elecciones, pero hay que pensar en lo básico también.

viernes, 22 de abril de 2011

Aprender a perder sin perderse. Brasil, Holanda y España en los Mundiales.

Dedico este artículo a Emilio, Luigi, el recién convertido Javi
y toda la hinchada del Atlético de Madrid.

Aquel Brasil (el del 70) jugaba con un pivote (centrocampista defensivo) y luego con Gerson, Tostão, Rivelino... Por fútbol, esta España se acerca bastante. Ellos parecían que eran blanditos y flojos, pero se juntaban muy bien y no les hacían peligro.
(Luis Aragonés, seleccionador de España, tras ganar la Eurocopa 2008)

Brasil Mauro Silva, Dunga e Zinho que é o Brasil zero a zero e campeão
ou o Brasil que parou pelo caminho: Zico, Sócrates, Júnior e Falcão
(Cara do Brasil, música de Celso Viáfora y Vicente Barreto)

Me hice fanático del fútbol a los cinco años, al percibir toda la emoción de la gente por el partido de Brasil y Rusia en el Mundial de España, en 1982. El de Brasil, me fueron contando los adultos, era un equipo excepcional, con entre otros Sócrates, Falcão, Cerezo, Éder y mi primer ídolo, Zico (ver aquí algunos de su mejores momentos).

A lo largo de los siguientes días, mi padre me haría saber que Brasil había ganado ya tres mundiales. Pero importaba menos el hecho que el modo: Brasil siempre había jugado un fútbol ofensivo, de buen toque y creatividad, y con grandes jugadores como Didi, Pelé, Leônidas da Silva o Garrincha. También me habló de otras selecciones, pero solo se detuvo con gran admiración en la de Holanda de 1974, el “carrusel holandés”, cuyos jugadores se iban rutando las posiciones, confundiendo las defensas y coleccionando victorias, incluso sobre Brasil. Pero el fútbol, me enteré, podría ser injusto: pese a haber maravillado al mundo, Holanda perdió el último partido y no se consagró campeona (ver aquí un video sobre cómo la táctica ofensiva de Holanda desbarataba a los otros equipos).

Así, por mi padre y otros adultos, me iba enterando de la historia del fútbol mientras el mundial avanzaba y Brasil deslumbraba. Como brasileño, vivía yo feliz y orgulloso, de modo que cuando Italia le ganó 3-2 a Brasil y nos eliminó con tres goles del maldito Paolo Rossi, tuve al más grande trauma que puedo recordar. Aprendí de las injusticias del mundial, que no permite un solo partido perdido, de los árbitros que no ven penaltis claros ­–un italiano le rompió la camisa a Zico– y del fútbol mismo, que le da la oportunidad a quienes tienen menos talento e imaginación para poder usar su fuerza, disciplina, árbitros ciegos y suerte para llevarse un partido importante.

Tocaba esperar cuatro años más. Era demasiado tiempo para un niño y resultó siéndolo, también, para aquella generación de futbolistas, que no pudo llegar en buenas condiciones al Mundial del 86 por el que pasamos sin despertar amores.

Pero el más grave aprendizaje vendría del mundial del 90: había gente (¡brasileña!) a la que le importaba un comino nuestro legado de fútbol ofensivo si fuera por ganar un mundial. Según argumentaban, el jogo bonito era romanticismo, el fútbol moderno era el equilibrado 3-5-2 proveniente de entrenadores europeos. Aunque entonces no lo podía denominar como eurocentrismo, fue la primera vez que vi con claridad los complejos de inferioridad de la nación. Menos mal que Maradona nos eliminó.

Ganaríamos el mundial del 94 jugando defensivamente – aunque al menos no con el 3-5-2. Estaba muy feliz por la vendetta contra los italianos, pero me indignaba que un equipo defensivo pudiera recibir los honores que cabían a la generación del 82. Peor era escuchar de muchos compatriotas que la selección del 82 era fracasada y que no quedaría su registro en la historia. Pero entonces, casualmente, vivía en España, y me fui dando cuenta de lo contrario: que la selección de Brasil del 82 no se olvidaba. Un día, conversando con mi amigo Emilio, gran hincha del Atlético de Madrid, me emocioné al ver cómo él narraba apasionado el encuentro de Brasil e Italia en el 82, y su cólera por la injusticia del fútbol y por el árbitro. Luego, escucharía a muchos otros españoles hablar maravillas de Brasil del 82. Un periodista, cuyo nombre no recuerdo, lo sintetizó de la siguiente manera: aquél día en que el equipo de Zico y Sócrates perdió, Italia se puso feliz y todo el resto del mundo triste.

La victoria otorga gloria; y la belleza, placer y felicidad. No haría falta que fueran opuestas: la búsqueda por victorias podría ir unida a la creatividad, pero las características del fútbol permiten que las fuerzas físicas organizadas sean superiores a las creativas. Hacer una gran jugada como la de Iniesta, Xavi y Villa en el gol de este último contra Portugal en Sudáfrica es dificilísimo (ver aquí). Encerrarse a toda costa y pasar casi cuatro partidos sin recibir un gol, como hizo Portugal en el mundial, es algo accesible a mucha más gente. De ahí que, desde la década de los 70, un equipo formado por fuertes soldados y un buen sargento-estratega ha venido siendo la salida más utilizada para ganar partidos en los torneos de alto nivel.

La España que ganó el mundial de Sudáfrica es una ruptura con este patrón. Lo interesante es que la genealogía de este equipo lo emparenta un poco con Brasil y bastante con la Holanda del 74. En 1989, el Fútbol Club Barcelona contrató como entrenador al líder del carrusel holandés, Cruyff, quien implantó en el club no solo un patrón de sistema ofensivo, sino también de formación de jugadores, en el cual los chicos talentosos, pero “blanditos y flojos” (como Xavi, Iniesta o Messi), recibían apoyo para desarrollar su talento y la capacidad táctica para defender. Tras dos décadas, siete jugadores formados en el Barcelona fueron titulares en la final del Mundial (1).

Otro periodista español dijo que la derrota de Holanda el 74 inició la caída del fútbol creativo y que, con la de Brasil el 82, se llegó al suelo. Muchos creemos que la victoria de España este 2010 representa un marco de resistencia: ya no es posible decir que el fútbol ofensivo es rival de títulos (2). Pero no es seguro que ello implique un gran cambio: la presión por títulos en el fútbol profesional es enorme y el camino “estratega + soldados”, por ser más fácil, es siempre tentador. Pero a la mayoría de las personas que amamos el fútbol, nos gusta su creatividad y es ello lo que me hace creer en la vuelta del fútbol ofensivo y creativo. El fútbol no son las selecciones, ni los grandes clubes y, mucho menos, sus dirigentes y entrenadores. El fútbol son las gentes que lo quieren: lo juegan, conversan sobre, inician a sus hijos, entrenan a equipos de menores en su barrio, escriben artículos en la Web, ven los partidos, compran los periódicos y largo etc.

Esto último es lo que, desde hace tiempo, me obliga a pensar el fútbol como parte de la paradoja del mundo actual. El mundo lo hacemos las gentes que, en nuestro día a día, vivimos y trabajamos. Sin embargo, hay un grupo de gente instaurada en el poder que nos dice que no nos cabe pensar cómo será nuestra vida política, nuestra vida íntima, nuestra salud y, mucho menos, nuestra economía. Para ello, nos dicen, hay políticos, sistemas de salud, leyes matrimoniales y el mercado. Igual es con el fútbol: somos las gentes de todo el mundo quienes movemos el deporte con nuestro amor al mismo. Sin embargo, hay dirigentes, representantes de jugadores, entrenadores, patrocinadores y quién sabe cuántos más que han complicado su mundo para que no lo comprendamos, para que nos roben y para que nos digan qué fútbol vamos a ver.

De esta forma, no es casual que la pérdida de Holanda el 74 se haya dado solo un año después de la crisis capitalista de 1973, que marcó la progresiva debacle de los movimientos sociales en todo el mundo, la reversión de los procesos de democratización y la pérdida, por parte de la gente, de autonomía sobre su vida y sobre lo económico (3). Se fue consolidando o acentuando una mentalidad centralista que favorece a capitalistas, gobiernos, entrenadores, presidentes de club y a la FIFA. De ahí que los argumentos de Margareth Tatcher para dejemos de pensar otra cosa que no sea el capitalismo sean básicamente los mismos que usaba la gente en Brasil para que quitáramos de la cabeza el fútbol ofensivo: el mercado/fútbol tiene sus propias fuerzas y lo que se le opone es romanticismo.

Yo creo, sin embargo, que hay que seguir luchando y evidenciando la mentira. Si España pudo ganar este mundial o si el Ajax de Ámsterdam y el São Paulo de Telê Santana de hace unos años o el Barcelona de ahora pudieron formar jugadores habilidosos y ganar todo a nivel de clubes, todo el fútbol puede hacerlo. Se trata de que las gentes a las que nos gusta el fútbol creativo, que somos la inmensa mayoría, demandemos que sean nuestros jóvenes más talentosos y no los más fuertes quienes ocupen el lugar central en el fútbol. Por eso me parece importante lo que pasa en España ahora: tras aguantar por muchos años a entrenadores defensivos, les salió un seleccionador como Luis Aragonés que apostó por los habilidosos y lo ganaron todo. Y ahora será muy difícil que se les haga jugar de otra manera (4).

Pero va a haber mucho aun de “estratega + soldados”. Lo que importa es que tengamos claro que el buen fútbol es siempre posible y que podremos remontar las derrotas. Del mismo modo, son posibles modelos económicos y políticos que impulsen las creatividades humanas. Pero de hecho que en esos ámbitos la cosa está más difícil y las tendencias no parecen indicar otra cosa que derrotas. Pero bueno, que sean apasionadas las batallas y que perdamos disfrutando de nuestra imaginación y de la excelente compañía de la gente inconformista.

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(1) Yo soy hincha fanático del Barcelona, pero incluso gente del Real Madrid, como el columnista del AS Alfredo Relaño, no se cansa en repetir la deuda de España con el Barcelona y con el estilo holandés.

(2) Sin embargo, hay que reconocer, España 2010 no ha deslumbrando como Brasil 82 u Holanda 74. Sí había hecho una maravillosa Eurocopa 2008, pero en el Mundial ello no fue posible. Creo que los principios fueron los mismos, pero la espectacularidad se vio mermada por tres razones: 1) Pese a que España apostó por 10 jugadores que tienen muy buen toque de balón, de sus diez titulares, apenas dos (Villa y el convaleciente Torres, luego sustituido por Pedro) tienen buena capacidad goleadora. Estoy seguro de que, para Brasil 2014, la cosa va a ser diferente, a juzgar por los maravillosos jóvenes goleadores que están madurando: Cesc, Llorente, Pedro y Bojan, por lo menos. 2) Se encontraron con rivales extremadamente defensivos. Incluso Alemania, que fue considerada la más vistosa del mundial, se echó hacia atrás al recibir a España. Y 3) La mala suerte: pese a haber intentado desde el principio, en toda la segunda fase del mundial, sus goles llegaron solo en la segunda parte de los partidos, siendo solo entonces cuando los otros equipos se desestreñían.

(3) Aníbal Quijano tiene textos lúcidos sobre estos 40 años de derrotas de las fuerzas democratizantes. Por ejemplo: Colonialidad del poder, globalización y democracia (http://www.urbared.ungs.edu.ar/textos/aquijano2.doc).

(4) En una entrevista tras el Mundial de Sudáfrica, cuyo título es esclarecedor Los jugadores de la Roja no jugarían juntos en mi época, a los buenos los separaban, el ex–jugador del Madrid y de la selección en los ‘90, Michel, expresa bien lo que se siente en la atmósfera española de los amantes del fútbol (http://www.as.com/futbol/articulo/michel-jugadores-roja-jugarian-juntos/20100815dasdasftb_33/Tes).

miércoles, 20 de abril de 2011

Una defensa sensata de Mourinho como canalla.


Canalla. (Del it. canaglia). 1. f. coloq. Gente baja, ruin. 2. f. ant. perrería (‖ muchedumbre de perros). 3. com. coloq. Persona despreciable y de malos procederes. (negrito mío). Fuente: RAE:http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=canalla
 
Escribo estas líneas pensando sobre todo en algunos amigos que alaban a Mourinho y en Alfredo Relaño, que es el principal nombre del periódico deportivo AS, de Madrid. Pese a que él sea un fanático del Real Madrid y exagere sobre las facilidades con el arbitraje del Barcelona, equipo del que soy fanático, me gusta la mayoría de sus reflexiones. Pero no las que hace sobre el actual entrenador del Madrid, el portugués Mourinho. 
Relaño defiende que Mourinho es un excelente entrenador, pero que hace muchas chiquilladas. Yo sostengo que Mourinho es excelente entrenador porque hace ‘chiquilladas’ y que sin ellas no lo sería tanto. Fue el entrenador del Sporting de Gijón, Manolo Preciado, quién llamó canalla a Mourinho, tras el portugués haber dicho repetidas veces que el Sporting se dejó ganar contra el Barcelona. Entonces Relaño escribió: 
Preciado es un buen hombre y no es dado a estas cosas, pero esta vez se ha extraviado. Canalla es (...) una palabra más allá de la cual no hay otra si se quiere degradar (…). Mourinho es un maleducado, un borde (…) Muy molesto se ha tenido que sentir Preciado para responder así (negrita mía) (1).
Este argumento, que critica a Mourinho, termina por arropar su táctica, pues lo mantiene justamente dónde quiere estar: en el borde, como si sus agravios constantes fueran casuales y no esenciales para su modo de entrenar, como si fueran descuidos, cuando son estratégicamente pensados. (Tres días tras escribir estas líneas, Diego Torres, en El País, dice que Mourinho tiene una persona que diariamente le entrega lo que de él se habla en la prensa nacional e internacional, pues así logra que “sus soluciones futbolísticas, por impopulares que puedan parecer, sean aceptadas por la opinión pública” (2)).

Yo defiendo que Mourinho es canalla porque se ha especializado en ser un borde, en vivir sobre la raya: la mayoría de las personas en el fútbol no traspasa la raya que ofende a las demás personas (sean jugadores adversarios, entrenadores, árbitros, prensa, clubes o hinchadas) (3). Pero Mourinho lo hace, y lo hace de un modo calculadamente torpe, logrando siempre excusarse y, así, confundir. Por ello es peor que Bilardo, quién puede defender lo indefendible -como cuando se encolerizó con su médico por atender a un jugador del equipo contrario- pero que no se esconde.
Por eso las buenas personas como Preciado se sienten tan molestas. Son varios ejemplos de ello. Uno, hoy día: para la conferencia el día previo al primero de los cuatro partidos entre Real Madrid y Barcelona, él dijo que no hablaría a los periodistas, sino que en su lugar estaría el segundo entrenador del equipo, Karanca. Pero a la hora, Mourinho se sentó al lado de Karanka. Los periodistas, enojados por no poder hacerle preguntas directamente, se fueron en su mayoría del local. Otro ejemplo cuando el Real Madrid le marcó el cuarto gol al Villarreal a principios de año y Mourinho celebró el gol frente al banquillo del equipo rival. Se enojaron cantidad los jugadores, algunos le tiraron botellas y fueron expulsados. Mourinho se justificó diciendo que estaba celebrando el gol con su hijo, quién estaba sentado detrás del banquillo del Villarreal. 
Y como esos, decenas de casos podrían ser contados. ¿Qué gana Mourinho con eso? Por lo menos tres cosas: 

a) Le mete presión al equipo rival, que como suelen guiarse por normas de respeto, se ven sorprendidos y no saben defenderse, cualquier respuesta, como la de Preciado, la de los periodistas hoy día o la de los jugadores del Villarreal termina por penalizar a ellos mismos; 

b) Saca la inhumana presión de los medios sobre sus jugadores, pues muchos focos que deberían estar sobre ellos, se pasan a Mourinho. En ello reside una de las principales ‘virtudes’ de Mourinho como entrenador: él ha logrado comprender cómo funciona el mundo mediático y ha logrado retirar al máximo sus jugadores de él. Con ello puede lograr una atmósfera más propicia para motivarlos. 

Es muy comprensible lo que hace Mourinho, pero en la medida en que ofende concienzuda y repetidamente a muchas personas, es canalla.

Entonces, no me parece que decir canalla es simplemente insultarlo, es saberlo, denunciarlo e interpelar a las personas honestas a que reflexionen si se le puede apoyar o no. En todo caso, solicitarles a esas personas que arguyan por qué le defienden. De hecho, acepto lo que dice Relaño que canalla es una ofensa grave y estoy dispuesto a retractarme si alguien me convence que me equivoco.
Por lo demás, me resta esperar que no le siga yendo bien a Mourinho, porque a la larga no le conviene al fútbol. Quizás él no tenga plena consciencia de esto, aunque alguna sé que tiene: por más que él sea más experimentado que sus jugadores, nadie es inmune a todo el ambiente mediático que él logra generar en torno a sí mismo. Es una presión implosiva.
Y oajlá el Barcelona gane los próximos tres clásicos, va a ser difícil pues el Madrid tiene muchísimas calidades, sobre todo defensivas. Pero que el Barça es mejor, no hay duda.

p.d: No encontré dónde decirlo en el texto, pero de ninguna forma niego que Mourinho sea un gran estratega, pero solo de ello no vive un entrenador, todos requieren tácticas para motivar a sus jugadores, y la de él es canalla. 
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(3) Alguien podrá decir que peco de ingenuo, que en el fútbol constantemente las personas están pegándose unas contra las otras. Yo no estoy de acuerdo: sí hay márgenes de maniobra y nadie sigue al pie de la letra todas las reglas, pero quienes lo hacen de manera continuada y estratégica, son los menos (y los hay peores que Mourinho, a quienes también hay que denunciar, pero no creo que ninguno de ellos haya logrado estudiar y actuar tan bién lo canalla).

viernes, 15 de abril de 2011

Miles & Coltrane. & Coleman. Un anti-homenaje pro-feminista.


Hace 50 años, Miles Davis y John Coltrane se unían por última vez para hacer una grabación. Ironía racial, lo hicieron para versionar un tema de la banda sonora de Blancanieves. Pero el resultado fue precioso (podéis bajarlo aquí) y merece un homenaje.
 
Miles & Trane
Casi todo texto sobre Miles Davis menciona su carácter susceptible e irritable: muchos contratiempos aparentemente menores le provocaban reacciones iracundas y su actuar era claramente despectivo hacia gran parte de las personas: tocaba de espaldas al público y escupía en el palco, criticaba malamente a músicos negros y blancos, ejerció un sinnúmero de actos violentos contra sus parejas… El racismo apabullante de aquella época lo explica en parte, así como las políticas públicas estadounidenses que incentivaron la “masculinización” de los hombres negros como modo de romper sus lazos de solidaridad familiares, comunitarios y políticos (1).

Pero, obvio, no todos los hombres negros eran así de irritables. De hecho, Coltrane (Trane) parece ser lo opuesto de Miles: sencillo, abierto, cariñoso con su pareja, madre y hermana, agradecido a las personas y a la vida… Así, desde hace mucho, pienso en cómo es curioso que el destino nos haya juntado a dos hombres tan diferentes, más todavía cuando empecé a verlos desde mis lecturas feministas. Compartir mis reflexiones aquí es un modo de rendirles homenaje. Extraño homenaje: exponer las miserias y violencias de Miles (y entrever las de Trane) se parece más a denuncia, pero yo creo que los homenajeo y que, al leer estas líneas, vais a poder imaginar la inmensa admiración que me inspiran…

Voy a narrar algunas anécdotas no anecdóticas, muy significativas, sobre sus respectivas vidas, enfatizando el modo tan diferente como cada uno encaró la revolución del free jazz de Ornette Coleman a finales de los 50. Mientras Miles blasfemó contra él (aunque estaba seducido, lo veremos), Trane buscó a Coleman para tomar clases del novato. En el camino, confío en que voy a deslindar algunos de los rasgos constitutivos de los hombres cómo género. 

Miles Davis
Nacido en 1926, pasa su infancia en St. Louis, donde empieza a tocar trompeta. Algunos elementos importantes en la constitución de su carácter irritable son las experiencias de racismo sufridas por él y por su comunidad (diez años antes de su nacimiento, hubo en St. Louis una matanza de obreros negros a mano de obreros blancos) y su relación de conflicto con el mundo adulto: “solía pensar que nadie me quería, porque todos parecían dispuestos a zurrarme por uno u otro motivo” (Ibíd..: 22). Con su madre la relación era especialmente conflictiva y ello, como percibió Hazel Carbey (1998) da inicio a una marcada misoginia en Miles.

En 1944, con solo 18 años, se va a Nueva York con el objetivo de construirse una carrera en el jazz y lo hace rápidamente. Ya en 1945 entra al grupo de Charlie Parker (Bird), el más importante de la época, en donde se queda hasta 1948, cuando inicia su carrera de líder (frente a un noneto, en el cual se encontraba el que sería su arreglista y mejor amigo, Gil Evans). Ya en su primera grabación marca un hito en la historia del jazz, creando un nuevo estilo, el cool jazz (1). 

No todo fue maravillas: los críticos fueron muy duros con sus primeros solos en los discos de Bird; quien, a su vez, era adicto a la heroína y se la pasaba aprovechándose de sus músicos para mantener su vicio. Muchos de sus amigos estaban en lo mismo, y Miles terminaría por claudicar. La adicción interrumpe su evolución musical entre 1950 y 1953. Emergen, entonces, violentas manifestaciones de su misoginia: se transforma, literalmente, en proxeneta; manipula a sus enamoradas para conseguir heroína; a la par que deja de dar dinero a Irene, su pareja de St. Louis, y a los hijos de ambxs. 

Libre de la heroína (2), vuelve al jazz con grabaciones y presentaciones en vivo cada vez más sólidas. En 1955 logra contratos con Prestige y Columbia y mejores pagos para sus shows. Ello le permite montar un grupo fijo. Encuentra a Red Garland (piano), Philly Joe Jones (batería) y Paul Chambers (bajo). Pero el complemento metálico para la voz de su trompeta le resultó más difícil. Hace una prueba con Trane (saxo tenor), pero le incomoda su inseguridad, por lo que el destino debió echar una mano (el preferido de Miles, Sonny Rollins, se retiró para desintoxicarse) y Trane se quedó.

Desmarcándose del cool jazz, estilo hegemónico desde que él lo creó en 1949, Miles regresa al be-bop y al blues, y su quinteto sorprenderá a propios y extraños en los siguientes cinco años. Graba, también, con orquestas arregladas por Gil Evans. En total, habrá dado luz en este período a más de 20 álbumes, la mayoría, obras primas.

1959 será el año del apogeo, pero también el fin de una etapa para Miles y el principio de una nueva para el jazz, cuya pauta no será marcada por Miles por primera vez en 10 años. Graba este año, junto a su ahora sexteto (con el saxo alto de "Cannonball" Adderley), el mayor disco de la historia del jazz, Kind of blue. Pero los músicos se marchan, sea por problemas con alcohol y heroína (Garland y Jones), sea por interés en formar sus propios grupos; y Miles no va a lograr montar otro grupo estable hasta 1964. A la vez, surge Ornette Coleman y su free jazz, causando alboroto en el mundo jazzístico: la mayoría de críticos y músicos se oponen a las excesivas libertades del nuevo estilo, pero algunos músicos ya establecidos, como Trane y Charles Mingus, van adherir a las nuevas perspectivas, así como muchos músicos jóvenes. 

Miles no niega lo obvio: la dificultad para encontrar los músicos ideales en su grupo impide la evolución de su música. Pero sus opiniones sobre el free jazz son contradictorias: algunas veces reconoce la importancia de sus innovaciones, pero casi siempre habla mal de ellas y levantará acusaciones vagas, probablemente celosas, hacia Trane y Coleman, de quienes dice cosas como: “es incomprensible lo que hacen; Coleman es irrespetuoso con los trompetistas y violinistas porque se mete con sus instrumentos sin tener idea; el pianista de Trane toca pésimo; Trane no hizo nada mejor de lo que hizo en los últimos años en que estaba conmigo; los críticos blancos les han engañado” (3)).

Pero, y eso es lo que más me interesa para pensar sobre el ser hombre de Miles, cuando logra formar su gran quinteto de 1964-68, con cuatro jóvenes a quienes no se cansa de elogiar: Tony Willians (batería), Wayne Shorter (tenor), Ron Carter (bajo) y Herbie Hancock (piano), menciona varias veces cómo ellos le están haciendo comprender aspectos interesantes del free jazz. ¿Cómo comprender esta contradicción? ¿Se queja de Trane y Coleman, y luego asume su música? Para mí, es muy claro: Miles podía aceptar la influencia de los músicos a él subordinados, así como la de los músicos de jazz que no le hacían frente como líderes de grupo, pero no la de aquellos que habían tomado su lugar como jazzista referencial. 

Esto me hace recordar una sutil pero muy importante reflexión que hizo Freud (1987) al final de su vida: para él, el hombre puede soportar experiencias de feminización/pasividad, pero no que esta experiencia le sea infringida por otro hombre. Pero ello es obviamente imposible de lograrse: todo hombre se encontrará, en diferentes momentos de su vida, en posición de pasividad frente a otros hombres. Quien mejor lo asimile, mejor podrá vivir. Miles lo asimilaba pésimo. Hasta casi el final de su vida le acompañó la compulsión por alcohol y cocaína, por coches lujosos que conducía a máxima velocidad, la pasión por el boxeo, sus constantes enfrentamientos con otras personas, el hecho de llegar a agredir a la policía… por citar algunas de sus actitudes que nos muestran a un hombre ávido por alcanzar la prominencia frente a otros hombres.

Todo ello hace creer que su relación con la música fue lo que le permitió equilibrarse y sobrevivir, aun con graves problemas de salud, hasta los 65 años. Es en sus grupos donde Miles puede reconciliarse con la pasividad frente a otros hombres. Freud dijo, sin explicar, que los hombres podían aceptar la pasividad hacia sus parejas (mujeres). Desde el género podemos explicarlo recordando que, en términos de jerarquía social, la mujer se encuentra en una posición inferior a la del hombre y que la esposa se encuentra en una posición de inferioridad concreta frente a su marido. Así, la pasividad del esposo hacia la esposa en distintos momentos de la vida cotidiana es asumible porque ella no representa un rival para él, nada de lo que ella haga es suficiente para revertir la jerarquía solidamente establecida. Ahora bien – y siempre desde el género, no desde Freud – el hombre disfruta de esta pasividad, hay placer en ello.

Con Miles, estoy seguro, pasa algo muy similar: rivalizando con todo y todos en el hostil mundo público, él encuentra en la intimidad de sus grupos un lugar dónde disfrutar su pasividad y, así, equilibrar su vida y su música. Por los músicos que se encontraban bajo su liderazgo, Miles no se sentía amenazado ni celoso, por el contrario: si su música se mantuvo en constante transformación desde 1949 hasta su muerte en 1991 fue porque supo nutrirse de sus instrumentistas. Incentivó a todos que encontraran cómo integrarse en el grupo y aportar a su desarrollo. No raro su trompeta suena tímida frente a la exuberancia de los otros instrumentos y nunca escatimó elogio a quienes tocaron con él, reconociendo en diferentes momentos que la música de sus grupos era producto más de sus músicos que de él. 

John Coltrane
Nació el mismo año que Miles, 1926, en Hamlet, Carolina del Norte. Pero su entorno y carácter son muy diferentes. Su familia era pobre, más después de la temprana muerte de su padre, pastor protestante. Es criado en un ambiente de mujeres, pero no desarrolla hacia ellas una misoginia marcada, sino que fue siempre muy agradecido y amoroso con ellas. Fue un chico solitario y desde siempre estuvo muy apegado a su saxo.

Tampoco tenía la autoestima de Miles y, al inicio de su carrera, se mostraría inseguro incluso cuando los líderes de los grupos en que estaba le tenían confianza. Cuando en 1955 entró al grupo de Miles, le atolondró con preguntas sobre cómo debería tocar hasta que se dio cuenta que las instrucciones mínimas del líder eran una estrategia y una demanda para que los músicos encontraran su lugar en la música. Es entonces, con casi 30 años, finalmente, que las venas creativas de Trane empezarán a fluir. 

Él será decisivo para el quinteto desde su llegada; pero es solo con la grabación de ‘Round Midnight, en 1956, que obtiene un pleno reconocimiento de la crítica. Pero la adicción a la heroína también cortará su progresión. Cuando aparecía drogado en los shows, enfurecía a Miles, quién lo llega a golpear en una ocasión, pero Trane siquiera se defiende. Finalmente, es despedido a principios de 1957, lo que aprovechará para desintoxicarse, haciéndolo como antes lo había hecho Miles: regresando a casa de su madre y encerrándose por un par de semanas hasta pasar el síndrome de abstinencia. Regresa a Nueva York y toca algunos meses en el grupo de Thelonious Monk, el exquisito compositor de ‘Round Midnight, quien también le dará clases musicales. 

A finales del 57, regresa al grupo de Miles, que sigue maravillando. A la par, empieza a grabar discos solos y a hacer presentaciones como líder. En 1959, el año mágico, era ya un músico esplendoroso; abandonar a Miles para liderar su propio grupo pasa a ser una necesidad. En este año lanza su primer disco maduro, Giant Steps, y no solamente se consagra como el solista más importante del jazz, sino que su denso y prolífero estilo supone una revolución en el modo de tocar el saxo, de la cual ningún saxofonista fue inmune. Si a ello unimos su carácter austero y pacífico, no es difícil explicar por qué cautivó a tantas personas.

Entonces, cuando llegó Ornette Coleman, Trane no tuvo una actitud celosa como la de Miles y fue directamente a aprender del chico. Dándose cuenta de las dificultades económicas que este pasaba –el free jazz fue muy hostilizado y Coleman tenía que trabajar como portero para sobrevivir–, le pagó por las clases que recibió. No tuvo tampoco orgullo en reconocer que no sabía qué hacer tras Giant steps y que fue Coleman quien le abrió nuevos caminos.

Así, como tantas personas, soy completamente fascinado por Trane y su paz. De modo que no me puedo dejar de creer un poco mala persona por hacerle una crítica con relativamente pocos elementos de su vida –aunque basándome en elementos de la vida de muchos otros hombres–. En el libro sobre la obra maestra de Trane, A love supreme, Ashley Kahn nos narra lo siguiente:
Para Coltrane, el año 1964 había sido un período de trabajo imparable (...) había cruzado el país de punta a punta en una furgoneta junto a su cuarteto (…) necesitaba unas pocas semanas de descanso y tenía la excusa perfecta. El 26 de agosto había nacido su primer hijo. (…) Pero la naturaleza obsesiva de Coltrane no le dejó descansar. Se pasó cinco días recluido en el piso de arriba con un bolígrafo, papel y su saxofón. (Kahn, 2004: 23)

En seguida, recoge este testimonio de Alice Coltrane, pareja de Trane y madre del pequeño John, sobre el día que bajó Trane del piso de arriba:
Era como Moisés bajando de la montaña, fue tan bonito. Bajó y tenía esa alegría, esa paz en el rostro, tranquilidad. De manera que le dije “explícamelo todo, no te hemos visto en cuatro o cinco días…”. Él dijo: “Ésta es la primera vez que me ha llegado toda la música que quiero grabar, en una suite. Ésta es la primera vez que lo tengo todo, todo listo”. (ibid.: 23-24)

Por muchas cosas, es un testimonio conmovedor. Por el carácter grave de la referencia bíblica, por el sencillo “fue tan bonito”, por la alegría, la paz y la tranquilidad. Porque se trata de A love supreme. Y por el reproche cuidadoso: “explícamelo todo, no te hemos visto en cuatro o cinco días…”

Desde una perspectiva feministamente informada, no hay cómo no ver que el hombre ha logrado su máxima realización en un momento, cuando menos, delicado para la mujer. No haría falta resaltarlo, pero el nacimiento del primer hijo de una pareja es algo fuerte emocionalmente, además de suponer mucho trabajo.

No se trata aquí de reprocharle a Trane su machismo, su abandono u otras cosas más sobre las que hay indicios. Incluso porque no sé mucho sobre la vida en pareja de ambos y lo que he conjeturado, pese a ser cierto en muchísimos casos, quizás no lo sea en este en particular. Se trata de constatar que incluso para aquel hombre que se encuentra distante de los patrones de masculinidad, que no busca su reconocimiento mediante la superación de sus pares, que reconoce humildemente sus deudas para con ellos, que trata con enorme amor a su esposa y a las mujeres que lo crearon… incluso para él, está dado de tal forma el sistema de género que el trabajo físico y emocional de las mujeres sustenta su existencia, su creatividad.

Coda
Antes de colgar este texto, le di a dos amigxs que aparte de ayudarme a aclarar algunas ideas me hicieron dos preguntas iguales: a) ¿por qué está Coleman en el título si casi no se habla de él? y b) ¿por qué no una conclusión? Como no he legrado solucionar las preguntas en el texto, las comento brevemente:

a) Bueno, de hecho el título da la errónea idea que el texto es también sobre Coleman, cuando solo habla de las relaciones tan diferentes de Trane y Miles con él y ni siquiera mucho. Pero me parece muy importante esta diferencia y lo quise resaltar. Además y quizás sobretodo, está el placer infantil de jugar con la muy utilizada expresión “Miles & Coltrane”.

b) Sobretodo para no alargar el texto, con el blog quiero transmitir ideas que me rondan la cabeza y que voy a morir sin comunicárselas a nadie si no encuentro un modo veloz de transmitirlas… y además porque ya está dicho todo lo importante, volver para aclararlo o decirlo de otra forma iba a serme difícil.

Eso sí, no quisiera dejar de aprovechar para hacer reseñas mínimas de algunos de los álbumes más significativos de esos pedazos de músicos:
Uno de los pocos videos de ambos.

Álbumes de Miles con Trane
Konserthuset, Stockholm, March 22, 1960. La última gira de Miles con Trane, impresionan los solos de este, aunque son también muy experimentales. En París, unos días después, el público le juzgó borracho y abucheó a Trane. http://www.megaupload.com/?d=QJNZDHZL
Relaxin’ (1956). En dos días de este año, Miles grabó 4 LPs para cumplir su contrato con Prestige. Este es mi preferido de ellos. Interpretaciones lindas de Oleo y If I were a bell. Le veo un toque infantil al disco. https://rs546l35.rapidshare.com/#!download|546l34|378683904|1956_-_Relaxin__with_the_Miles_Davis_Quintet.rar|91025|R~F48FF5F56052701D47159CABC017FE2C
Round About Midnight (1956). Con su interpretación más famosa de ‘Round Midnight, que por su vez consolidó a Trane como saxofonista de primera línea. http://avaxhome.ws/music/jazz/miles_davis_round_about_midnight_2005_flac_proper.html

Álbumes de Miles
Aquí hay más de cien CDs para download, entre grabacioes de estudios y en vivo de Miles: http://rappamelo.com/2010/05/miles-davis-albums/
Live In Rome & Copenhagen (1969). El show de Roma es mi CD favorito de Miles. Interpreta en quinteto – con Wayne Shorter (saxos), Chick Corea (piano), Dave Holland (bajo) y Jack DeJohnette (batería) – parte del material de Bitches Brew. Todos están absolutamente maravillosos. Otra interpretación de ‘Round Midnight. http://avaxhome.ws/music/jazz/miles_davis_live_in_rome_copenhagen.html
Bitches Brew (1969). El disco que consolida el funk jazz con el que Miles había estado ensayando desde el año anterior y que lo devuelve al primer lugar de la escena del jazz, aunque para parte de los músicos y crítica ya no era jazz. De hecho Miles cada vez más navegará lejos de su estilo musical originario. Un grupo con más de diez instrumentos, incluidos tres baterías y tres pianos eléctricos. De todas de Miles, Spanish key es mi música favorita. Primera parte: target="_blank"http://www.megaupload.com/?d=3RGSI0JL Segunda: http://www.megaupload.com/?d=NU26O54O
Sketches Of Spain (1960). Uno de los más famosos CDs suyos orquestados por Gil Evans. Contiene la interpretación del Concierto de Aranjuez del español Joaquín Rodrigo. Eso sí, a este no le gustó y se lo hizo saber a Miles, quién por su vez no pudo dejar de soltarle veneno en su autobiografía. http://rapidshare.com/files/379088619/1960_-_Sketches_Of_Spain.rar

Álbumes de Trane
A love supreme (1964). Su obra maestra, no logro decir nada sobre ella aparte que es absolutamente impresionante. Está su famoso cuarteto al completo: McCoy Tyner (piano), Jimmy Garrison (bajo) y Elvin Jones, que es para mí el no va más en la batería. http://rapidshare.com/files/116613498/JC-ALS.rar
My favorite tings (1961). Un crítico de jazz dijo que Miles le hizo tres buenas cosas a Trane: le contrató, le despidió y le regaló un saxo soprano. De hecho Trane pasó a utilizar este instrumento – sin dejar el tenor – y graba com él por primera vez este CD, cuyo canción título (sacada de un musical de la Broadway) es bellísima y sería la música que más toque en su vida. http://rapidshare.com/files/116628538/JC-MFT.rar
Olé Coltrane (1961). Contiene mi música favorita de él, Olé. Ya te habrás dado cuenta que me gustan las incursiones al flamenco de los jazzistas. Con dos contrabajistas (Art Davis y Reggie Workman), un trompetista (Freddie Hubbard) y el maravilloso Eric Dolphy (flauta y saxo alto), además de Elvin Jones y McCoy Tyner. Parte uno: http://rapidshare.com/files/116630280/JC-OC.part1.rar Parte dos:
http://rapidshare.com/files/116630454/JC-OC.part2.rar

Bibliografía
Aparte de estos cuatro libros hay mucho otros artículos cuyos nombres infelizmente no puedo recordar, aunque sí al nombre de dos grandes críticos: Carlos Sampayo (también autor de comics excelentes) y Juan Claudio Cifuentes, que comanda el Jazz porque sí en las radios españolas.
CARBEY, Hazel. Playin’ the changes. In: CARBEY. H. Race men. Cambridge, Harvard University Press, 1998.
DAVIS, Miles. TROUPE, Quincy. Miles, la autobiografía. Barcelona: Ediciones B, 1995.
FREUD, Sigmund. Análise terminável e interminável. In: Freud, Sigmund 1987c: Edição Standard Brasileira das Obras Psicológicas Completas de Sigmund Freud. v. 2ª edição. Rio de Janeiro, Imago. V. XXIII (versão eletrônica, sem páginas). Hay una versión en castellano en la net: http://www.accionpropaganda.org/biblioteca/libros/F/Freud,%20Sigmund%20-%20Analisis%20terminable%20e%20interminable.pdf.
KAHN, Ashley. A love supreme y John Coltrane. La historia de un álbum emblemático. Barcelona: Alba Editoria, 2004.

Notas

(1) Los escritos de las feministas negras lo muestran con claridad. Frente a la relativa equidad de género heredada de África y que se acentuó con la experiencia de la esclavitud, las políticas estadounidenses a partir de la década de 1920 buscaron establecer modelos patriarcales en las familias negras, mediante la ubicación de los hombres en trabajos con sueldos muy superiores a los de las mujeres, la perversa distorción de la sexualidad negra y una producción cultural (fílmica y literaria sobre todo) masculinista y racista. Esta masculinización inducida a los hombres negros, junto a otros elementos (como el asesinato y presión de lxs líderes políticos más a la izquierda) terminó por desestabilizar las comunidades y organizaciones políticas negras. La mayor masculinización de los jóvenes supone que tengan más confrontos en el ámbito educacional, con lo cual pasan a tener menores niveles educativos y, luego, peores empleos, mayor inserción en el tráfico de drogas, mayor probabilidad de ingresar a prisiones (que en EEUU se han transformado en fábricas de trabajo esclavo, según Angela Davis) o al ejército y a las guerras neoimperiales de EEUU. Los textos de las siguientes autoras son muy importantes para pensar estas cuestiones:
DAVIS, Angela. Mujeres, raza y clase. Madrid: Akal, 2005.
WALLACE, Michele. Black Macho and the Myth of the Superwoman. London, New York: Verso, 1999.
hooks, bell. Devorar al otro: deseo y resistencia. In.: Debate feminista, México D. F., 1996, pp. 17-38. Em Internet: http://www.debatecultural.net/tips/BellHooks.htm. Visitado en: 12.01.2009.
__________. Third World Viewpoint entrevista a bell hooks Desafío al capitalismo y al patriarcado. In: ZNet en español: 2003.
Em Internet: http://www.lafogata.org/mujer/c4.htm. Visitado em: 12.01.2009.
__________. We Real Cool: Black Men and Masculinity. Routledge: New York, 2004a. Lido em internet mediante o sítio http://www.questia.com. Visitado entre 8.10.2008 e 10.04.2009.
WIEGMAN, Robyn. Negotiating the masculine: Configurations of race and gender in American culture. Washington: University of Washington. Proquest Dissertations And Theses, 1988.

Yo he dedicado un capítulo de mi tesis a estas cuestiones y el mismo fue publicado en castellano en el Boletín de Runa:
ASSIS CLÍMACO, Danilo. Los hombres en el feminismo negro estadounidense. El patriarcado y el imperialismo. En: Boletín Generando del Instituto Runa, N° 26. Año 4. Octubre 2010: http://www.runa.org.pe/runa/generando/articulos/Art26_Feminism_black_estadounidense.pdf

(2) Miles tomará mucho alcohol y cocaína hasta los 60 años de edad. Ocasionalmente también volvería a inyectarse heroína. Todo ello le traerá muchos problemas de salud, surtos paranoicos y una larga pausa profesional entre 1975 y 1980. Fallecerá con 65 años en 1991.

(3) Este último argumento es bastante paranoico. Según Miles, los críticos blancos de jazz no pueden asumir que no comprenden algo que hacen los músicos negros, luego, no podían criticar al free jazz sino ensalzarlo. Eso haría que Trane y Coleman y los demás no se dieran cuenta de que su música no era buena. Miles volverá a argumentar de forma parecida para justificar su confronto con Wynton Marsalis en los ’80.